En la tranquilidad de Oliva, donde la brisa del Mediterráneo susurra historias entre las hojas de los árboles, se alza un refugio que guarda los recuerdos del tiempo. Un chalet sencillo, de origen modesto, pero lleno de promesas y posibilidades.
Sobre una parcela de casi dos mil metros cuadrados, la vida respira entre el verdor y la amplitud. El jardín, con sus árboles frondosos y su tierra soleada, parece haber sido diseñado por la propia naturaleza: un equilibrio perfecto entre sombra y luz. La sombra amable de un árbol maduro se alarga sobre un suelo de gres que conserva la frescura, mientras que, a lo lejos, la playa aguarda a tan solo un kilómetro, llamando al visitante con el susurro de sus olas.
El interior de la casa, con sus cuatro habitaciones dobles y dos baños, refleja una historia pausada, como si los días transcurrieran más lentamente entre ventanas que dejan entrar la luz, pero no el ruido del mundo exterior. La cocina, vestida solo con muebles, invita a la imaginación a crear aromas nuevos, a llenar los espacios de sabores compartidos. En el salón-comedor, la luminosidad es testigo de encuentros familiares, de sobremesas interminables y conversaciones que nacen al calor de una tarde soleada.
Afuera, su jardín y la barbacoa esperan la llegada de los días de verano, mientras la terraza superior se convierte en un mirador hacia la calma: la montaña por un lado, el mar por el otro. El espacio es generoso, tanto como el horizonte que se pierde entre vallas que prometen intimidad sin robar libertad.
El chalet es más que una propiedad; es un punto de partida. Es un refugio rural donde el ruido de las ciudades no alcanza, un hogar donde la vida se vuelve luminosa y serena. Aquí, el amanecer despierta entre el canto de los pájaros, los patos, las garzas, el verde de los árboles, y las noches estrelladas que parecen abrazar el paisaje. Es una invitación al descanso, al arraigo y al descubrimiento de un rincón donde el tiempo, finalmente, deja de correr.
Un lugar donde, entre costa y montaña, todo es posible.
Chalet en Oliva zona Oliva pueblo, 110.00 m. de superficie, 1909 m. superficie parcela, 1000 m. de la playa, 4 habitaciones dobles, 2 baños, propiedad De origen, cocina sólo muebles, carpintería interior de madera, suelo de gres, carpintería exterior de aluminio / climalit.
Extras: 2ª mano, apart. separado, barbacoa, jardín, luminoso, salon-comedor, solárium, soleado, terraza, trastero, árboles, costa, montaña, rural, vallado, parking incluido (parking para varios vehículos)
PD: La casa esta construida en suelo rústico, No dispone de agua potable ni conexión a la red eléctrica. Agua de pozo, electricidad de paneles solares. Internet disponible por wifi-aéreo o starlink. No alcantarillado, fosa séptica
421m2 const.
4
2